Conferencia 30 y 31 de marzo de 2007

Conferencia en la Caribean University, en el marco de la cátedra del Lic. Iván Danilo Chacón.

LAS CINCO TENTACIONES DE UN GERENTE

Durante la formación académica de un gerente, muchas son las asignaturas relacionadas con organización, productividad, conducta orgnizacional, administración de personal, análisis y toma de decisiones, etc. que son objeto de estudio con la finalidad de proporcionar al futuro profesional, los conceptos que servirán de herramienta para su desempeño en la empresa; sin embargo, su éxito o fracaso no estará determinnado úni camente po la cantidad de conocimientos que posea.

Un gerente exitoso debe además de conocer su oficio, desarrollar una serie de habilidades que le permitirán desempeñarse con eficacia, dirigiendo siempre su empresa hacia el logro de sus objetivos, haciéndola más productiva. Existen cinco tentaciones básicas, a las que todo gerente debe hacer frente y superar, que amenazan cual enfermedad el progreso de su organización y que de descuidarse, pueden carcomerla poco a poco como un cáncer haciéndola a lo largo caer en la mediocridad. Claro es, que el dominio y buen manejo de las mismas sólo habrá de lograrse mediante el efecto de la experiencia, después de haber experimentado alguna de ellas, sino todas, y haber aprendido a controlarlas.



La primera tentación: Interesarse más por proteger su carrera que asegurarse de que su compañía logre resultados.

Bien es cierto que la satisfacción personal es importante para la motivación de una persona, más en una posición de gerente eficiente debería anteponerse a la satisfacción del ego, la satisfacción pproporcionada por los logros que alcance la empresa. Es frecuente encontrar a muchas personas, que manejen como principal meta alcanzar en su carera determinado puesto en la escala jerárquica, que traiga consigo una elevada remuneración económica y una vez en ese lugar mantenerse allí e incrementar paulatinamente sus ingresos. Estos individuos puede ser que trabajen arduamente hasta conseguir lo que desean, más luego de alcanzado el objetivo, pueden caer en la mediocridad de no modificar su forma de pensar, de no hacerlo corren el riesgo de a la larga enfrascarse en ideologías obsoletas y por lo demás egoístas, donde predominen los intereses personales que se convertirán en un enemigo de la organización y poco a poco de él mismo.

Una persona cuyo ideal de desempeño sea la excelencia, debe concebir como objetivo personal la máxima productividad de su empresa, que viéndose desde un punto de vista más objetivo traerá beneficios a la compañía y al gerente mismo quien se verá directamente unido al progreso. Las personas con esta forma de pensar no tienen miedo a tomar la responsabilidad de una decisión ni a fracasar, al contrario, conciben los errores como oportunidades continuas para aprender y mejorar, sabiendo que con el tiempo irán dessarrollando habilidades que le permitirán tomar cada vez más las decisiones acertadas.





La segunda tentación: Querer contar con la simpatía de sus subalternos inmediatos en lugar de exigirles cuentas.

Un buen gerente debe aprender a separar las relaciones interpersonales de amistad de las relaciones de trabajo. Igualmente debe tomar conciencia de que no necesariamente debe ser amigo de todos sus subalternos, y que muchas veces las decisiones más apropiadas para el beneficio de su empresa podrán afectar a algún inocente, por esto debe ser lo más objetivo posible. Por ejemplo si la empresa se ve obligada a recortar por alguna razón su producción, esto traerá como consecuencia que deba reducir también sus gastos operativos para evitar que sus costos se vean demasidao afectados, como posible medida puede requerir una reducción de personal lo que afectaría directamente a muchas personas que quedarán sin empleo, no obstante la empresa no puede darse el lujo de seguir cancelando el mismo número de sueldos que antes, cuando la producción era mucho mayor. En casos como este el gerente puede verse obligado a tomar medidas drásticas y necesariamentee objetivas.

Tampoco puede un gerente cohibirse d exigir cuentas sobre su desempeño a sus empleados, para lo que debe haber definido claramente las funciones de cada uno con anterioridad, de esta manera tiene un patrón sobre el cual evaluar de una manera justa. Un gerente antes que el afecto debe procurar cultivar el respeto de sus subalternos.




La tercera tentación . Querer asegurarse de que las decisiones que se tomen sean acertadas, preferir por encima de la claridad.

Esta tentación consiste simplemente en el miedo al fracaso y está relacionada con la primera. Sería oportuno recordar un antiguo adagio que dice: “El que empieza con certidumbres termina con dudas. El que empieza con dudas termina con certidumbres”, esto haciendo referencia a los gerentes que se abstienen de tomar decisioness por no estar totalmente seguro de que sea lo mejor, tal vez por su desconfianza en la informacicón en base a la cual trabajó, lo cual es reflejo de su miedo a asumir responsabilidades. Un buen gerente debe teener presente que nunca toda la información suministrada será suficiente para asegurarse el éxito o no de la decisión, esto no puede ser comprobado si no se experimenta poniéndola en práctica. Se debe tener presente que un gerente triunfa y fracasa, pero lo que lo hace bueno es reconocer sus errores y levantarse ante ellos.



La cuarta tentación. Pretender mantener la armonía.

No es secreto que las discusiones son desagradables, pero las discusiones que se tornan violentas y vulgares. Una discusión puede resultar trremendamente productiva y esto es muy importante que el gerente lo tenga claro. Es muy importante para él escuchar las opiniones e ideas de sus colaboradores, “muchas cabezas piensan mejor que una” es común escuchar y no está de más admitir que es una afirmación bastante sabia. Tampoco debe pretender el gerente que en una reunión todos sus miembros se pongan de acuerdo sobre un asunto, pero las mejores ideas que salgan a relucir pueden fusionarse y convertirse e una solución exitosa.

Lo mismo ocurre con los problemas, es útil para el gerente que las inconformidades disgustos de su perssonal se den a conocer, así podrá no sólo cococer la situación, sino desarrollar estrategias para sanar, controlar, y prevenir posibles problemas que puedan representar una grave amenaza para su organización. Esta tentación está relacionada dirctamente con la segunda.




La quinta tentación: El deseo de ser invulnerable.

Un gerente debe saber que no siempre tendrá la razón, muchas veces podrá equivocarse, y aunque esto no sea algo que le simpatice debería entender que también es un ser humano y no se escapa de cometer errores. Una persona en este cargo, que adopte una posición de inflexibilidad por medio a parecer vulnerable está cayendo en una equivocación bastante negativa, pudiendo hacer que sus colaboradores se cohiban de emitir sus opiniones tal vez por haberse calado en ellos la imagen de que el “gerente siempre tiene la razón”. Este grave problema de comunicación privaría al gerente de ideas quizá de extremo brillantes, y achicaría considerablemente la visión que éste pueda tener ó desarrollar ante una situación conflictiva.

Una sugerencia para un buen desempeño sería que el gerente inspire confianza en sus subalternos, estimulándolos a ejercer su derecho de expresar sus críticas y opiniones sobre la empresa, su progreso y el desempeño del mismo gerente.